El pasado fin de semana el G.M. San Jorge organizaba un cursillo
de esquí de montaña para sus socios, contando con dos profesores de lujo como
son Bruno del CM Exea y Julio Benedé, del CM Pirineos y sin los que este curso no habría sido posible.
Tras una reunión preparatoria el pasado
jueves en la que estuvimos hablando del equipamiento y material necesarios, así como de la logística para
el curso, quedamos el sábado ya en el Pirineo para comenzar el cursillo sobre
la nieve primavera que sigue tiñendo de blanco las cimas pirenaicas.
El primer día quedamos en el
Parking de Anayet de la estación de Formigal, donde volvimos a repasar el
material antes de comenzar la actividad, haciendo hincapié en la seguridad,
Arva, Pala, Sonda, botiquín, y utensilios varios que nos serán de gran ayuda en
caso de posibles percances.
Ya sobre la nieve, y tras explicar cómo
poner las focas y alzas y realizar el protocolo de arva, (comprobar que todos
lo llevábamos en modo emisión) comenzamos a foquear por la pista rumbo al pico
Royo.
En total salimos 12 personas: los dos
profesores, Javi del Pirineos, Alberto del CM Exea y Coke, Patricia, Jorge, Miguel, Javi, Oscar,
Samuel y yo mismo del San Jorge.
Durante el ascenso hacia el pico Lapazuso
nos explicaron diferentes recursos para progresar sobre la nieve, en función de
la pendiente y el estado de la misma, vueltas maría, vuelta de mano, vuelta de
seguridad, paso de canario, etc. Así como a leer el estado de la nieve en
función de la orientación de la pala (si es Norte, Sur.. si le ha dado más el
sol..).
Una vez en la cima aprovechamos el buen
día para echar un bocado y reponer fuerzas, antes de realizar la primera
“Transición” (quitar pieles de foca, bloquear fijaciones y poner las botas en
modo descenso) y comenzamos el primer descenso con esquís hasta el fondo del
valle.
Al llegar abajo, de nuevo
hicimos “transición” a modo ascenso, (poner pieles, liberar talón y poner
bota en modo ascenso) y comenzamos a subir de nuevo, ésta vez rumbo al pico
Royo, situado un poco más alto que el anterior.
Justo antes de la cima, quedaba una
pequeña pala ligeramente inclinada y con nieve algo más dura en la que
cambiamos las tablas y los bastones por el Piolet y los crampones, para subir
con mayor seguridad (en modo alpino) hasta la cima del pico Royo, desde la que
disfrutamos de unas vistas privilegiadas de la zona.
Hecho esto, ya sólo nos quedaba un único
descenso desde la antecima del pico hasta el párking donde habíamos dejado el
coche, en el que disfrutamos como críos (haciendo las paradas pertinentes ya
que las piernas quemaban del esfuerzo) y donde pusimos en práctica los
diferentes consejos que nos daban los profesores para bajar con mayor seguridad
y control sobre la velocidad y los giros.
Por último, y antes de recoger el material, hicimos una práctica de búsqueda de arva (como si se hubiera producido un alud) para ver el funcionamiento de los diferentes modelos de arva que llevamos y cómo actuar en caso de alud.
Por último, y antes de recoger el material, hicimos una práctica de búsqueda de arva (como si se hubiera producido un alud) para ver el funcionamiento de los diferentes modelos de arva que llevamos y cómo actuar en caso de alud.
Fue una jornada muy agradable, que culminó
en el refugio Casa de Piedra, con una charla sobre material y utensilios varios
(que nos pueden ser de gran ayuda en la montaña) y nivología, aludes y demás
peligros que nos podemos encontrar en la misma.
El domingo decidimos madrugar un poco más para tratar de coger la
nieve algo más dura y así probar y explicar el uso de cuchillas y la progresión
sobre nieve dura.
Partimos del párking de Espelunciecha, también en la estación de
Formigal hacia el pico que da nombre al párking (Espelunciecha), sobre nieve
bastante más dura que el día anterior.
Enseguida paramos a poner cuchillas para probar el agarre y la seguridad que dan en determinados casos, como esta pala inclinada con nieve dura donde realizamos una vuelta maría sin mayor problema, cosa que sería complicado sin las mismas.
Coke haciendo la vuelta maría apoyando la mano sobre una pala muy inclinada y las cuchillas puestas.
Conforme avanzábamos el efecto del sol hacía su función y la nieve se iba transformando poco a poco en blanda.. por lo que quitamos cuchillas para progresar con mayor facilidad.
Poco después nos preparamos para el primer descenso del día, sobre nieve dura, donde los esquís corren mucho más y hay que tener cuidado de no caer, pala con bastante inclinación que superamos todxs sin problema.
Una vez abajo, de nuevo nos preparamos para el ascenso y comenzamos a foquear hacia la base del Espelunciecha, con vistas al Anayet al fondo.
Y vistas al Midi detrás
Volvemos a equiparnos para el descenso, esta vez, desde la base del Espelunciecha, para bajar hasta el barranco de Culibillas, y así, bordear el pico para subir por su cara Sur, desde los Ibones de Anayet.
Ya en el barranco de Cubilillas, comenzamos la ascensión hasta los ibones de Anayet
Llegando a los Ibones, con el Anayet presidiendo la foto.
En Ibones de Anayet, aprovechamos para echar un bocado en un lugar majestuoso. Tras el almuerzo se formaron dos grupos, uno se iba rápidamente hacia el Vértice de Anayet (recorrido más duro al que fueron los que más fuertes estaban), para bajar después y subir a Espelunciecha.
En el otro grupo nos lo tomamos con mas calma, y subimos tranquilamente a Espelunciecha de manera más suave y ahorrándonos el pico extra.
Aqui la arista final legando a la cima del Espelunciecha
Desde la cima de espelunciecha bajamos del tirón hasta el párking donde habíamos partido a la mañana, en un descenso sobre nieve ya muy blanda y profunda que dificultaba algo los giros, pero que bajamos sin mucho problema, salvo el cansancio en las piernas que acabaron fundidas (en mi caso)
Aquí los titanes en la cima del Vértice de Anayet
Y por último, Espelunciecha con la huella de un curso de esquí sobre su nieve :)
Ahora tocaba recoger el material y bajar a escarrilla a refrigerar un poco y reponer fuerzas..
y por último la foto de grupo, ya vestidos como personas normales y sin tanto trasto jaja
Bueno y eso ha sido todo, la verdad que hemos quedado tod@s muy content@s con el curso, gracias a la experiencia y paciencia de nuestros dos profesores poco a poco vamos aprendiendo a disfrutar cada vez con mayor autonomía y seguridad del medio que tanto nos gusta, en este caso montados sobre dos tablas y deslizando sobre las montañas cubiertas de nieve.
La montaña sigue siendo una fuente inagotable de motivación, el lugar perfecto para sentirse vivo, compartir, amar y seguir soñando
Mikel Zabalza.